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El desabasto de medicamentos es uno de los problemas más urgentes en el sistema de salud público en México, afectando directamente la calidad de vida de millones de pacientes. Sin embargo, la implementación de la receta electrónica, junto con la digitalización de los expedientes clínicos, se presenta como una solución integral para mejorar la distribución de medicamentos, optimizar recursos y garantizar el acceso oportuno a tratamientos. Este artículo explora cómo estas herramientas pueden transformar el panorama de salud en el país.
Sistemas integrados
La digitalización de los expedientes clínicos permite recopilar y analizar grandes volúmenes de datos sobre los tratamientos requeridos por los pacientes, así como su ubicación y frecuencia de uso. Al integrarse con sistemas de receta electrónica, esta información puede alimentar modelos predictivos para anticipar la demanda de medicamentos en diferentes regiones.
Con datos precisos, el sistema público de salud puede:
Optimizar inventarios: Al identificar patrones de consumo, se reducen los excesos y faltantes de medicamentos en los almacenes, que hasta la fecha han intentado resolver los procesos de compra consolidada.
Coordinar la distribución: Los sistemas digitales permiten una logística más eficiente, asegurando que los medicamentos lleguen a las áreas que más los necesitan.
Prevenir el desperdicio: Los medicamentos próximos a caducar pueden ser redirigidos a regiones con alta demanda, evitando pérdidas financieras y garantizando su uso.
En 2024 Medikit lanza al mercado Monitor de Salud una herramienta que permite monitorear en tiempo real la prescripción de miles de médicos de forma desagregada para facilitar las operaciones de logística de los fabricantes, distribuidores y comercializadores de medicamentos.
La colaboración con farmacias privadas
En un país con más de 35,000 farmacias privadas distribuidas a lo largo de su territorio, el sistema de salud público, en lugar de duplicar los esquemas de distribución, puede aprovechar esta infraestructura para mejorar la entrega de medicamentos. Implementar un esquema de colaboración con farmacias privadas podría traer los siguientes beneficios:
Reducción de costos: En lugar de invertir en infraestructura adicional, el sistema público puede utilizar la red existente de farmacias privadas, disminuyendo los gastos operativos, y el mecanismo de control de surtimiento y posterior facturación puede ser controlado en un 100% por la receta electrónica.
Mayor cobertura: Las farmacias privadas llegan a lugares remotos donde la infraestructura pública es limitada, garantizando que los pacientes puedan surtir sus recetas sin largos desplazamientos.
Satisfacción del paciente: Al permitir que los pacientes surtan sus medicamentos en farmacias cercanas a su domicilio, se reduce el tiempo de espera y mejora la experiencia general del usuario. Admás que permitiría atender poblaciones sin acceso a médicos a través de telemedicina.
Medikit consolida sus operaciones. a través de la gestión de expedientes clínicos electrónicos y la interoperación de recetas electrónicas, que permite el fácil surtimiento con descuentos exclusivos en cualquiera de las 12 mil farmacias y laboratorios aliados. Además, la plataforma cuenta con las certificaciones de seguridad informática más exigentes a nivel internacional, lo que garantiza la seguridad y privacidad de los datos de los médicos y pacientes.
Reducción de costos a través de eficiencias y negociaciones
La implementación de un sistema digitalizado también permite generar ahorros significativos mediante: Negociaciones con proveedores: Una red centralizada facilita la compra masiva de medicamentos, permitiendo negociar mejores precios con las cadenas de farmacia que ya hoy en dia cuentan con una logística de abastecimiento para sus puntos de venta. Entonces el diferenciar precios para el sector público facilitaría a las cadenas de farmacia el enfocar sus esfuerzos en productos no cubiertos.
Identificación temprana de desabastos
Uno de los mayores beneficios de la receta electrónica es su capacidad para monitorear en tiempo real la disponibilidad de medicamentos en diferentes puntos de distribución. Gracias a esta tecnología, el sistema de salud puede detectar desabastos inmediatos. Los datos recopilados alertan sobre medicamentos faltantes en almacenes y farmacias. Una vez identificado un desabasto, el sistema puede coordinar esfuerzos entre diferentes actores, como almacenes centrales, farmacias privadas y proveedores, para garantizar una reposición rápida y eficiente. Además, estos datos permiten establecer un calendario preventivo para evitar desabastos futuros, lo que contribuye a una mayor estabilidad del suministro.
La capacidad de monitorear en tiempo real también mejora la experiencia del usuario, ya que reduce el tiempo de espera y minimiza la frustración asociada con la falta de medicamentos esenciales. Pacientes crónicos o con enfermedades complejas pueden recibir sus tratamientos sin interrupciones, lo que impacta positivamente en su salud y confianza en el sistema.
Impulso a la transparencia y la confianza
La digitalización del sistema de recetas también fomenta la transparencia, un aspecto crucial para fortalecer la confianza en el sistema de salud. Los pacientes pueden verificar el estado de sus recetas, los responsables de distribución tienen acceso a datos claros y auditables, y las autoridades pueden supervisar cada etapa del proceso, reduciendo el riesgo de corrupción y mal manejo de recursos.
Ejemplos Internacionales
En Suecia, la receta electrónica ha sido una herramienta fundamental para garantizar el acceso a medicamentos. Aproximadamente el 99% de las recetas en el país son digitales, lo que permite una conexión directa entre los sistemas de salud y las farmacias. Esto asegura que los medicamentos estén disponibles de manera oportuna y que los pacientes puedan surtir sus tratamientos en cualquier farmacia del país, independientemente de su ubicación. Además, la interoperabilidad del sistema permite identificar patrones de consumo y anticipar desabastos antes de que ocurran.
En Inglaterra, el NHS (Servicio Nacional de Salud) ha implementado el Electronic Prescription Service (EPS), que facilita el envío de recetas directamente desde el consultorio del médico a la farmacia elegida por el paciente. Este sistema no solo ha reducido los tiempos de espera, sino que también ha permitido un ahorro significativo en costos administrativos. Además, el EPS contribuye a una mejor gestión del inventario de medicamentos, ya que proporciona datos en tiempo real sobre las necesidades de la población y las existencias disponibles.
Conclusión
La receta electrónica no es solo una herramienta tecnológica, sino un catalizador para la transformación del sistema de salud público en México. Al integrar tecnologías como los expedientes clínicos digitales, colaborar con farmacias privadas y optimizar la cadena de suministro, es posible garantizar que los medicamentos lleguen a quienes más los necesitan, eliminando el desabasto y mejorando la calidad de vida de millones de mexicanos. Este modelo no solo representa un avance en la eficiencia operativa, sino también en la dignidad y bienestar de los pacientes.